[Reflexión] El Espíritu del Hobby



Tuomas Korpi: Forest Spirit II (ArtStation)

Esta entrada esta dedicada exclusivamente a la reflexión personal sobre un tema que ha estado siempre ahí pero que en mi caso apareció (o reapareció) hace unos años.


No recuerdo la fecha exacta, debió ser allá por 2010 más o menos, cuando decidí comenzar a coleccionar miniaturas de Avatars of War y me hice con una pequeña remesa de las mismas, entre ellas el Lobo Negro. No era una miniatura que me gustase especialmente, pero puestos a coleccionar, me tenía que hacer con ella.

El caso es que cuando me puse a montar la figura del lobo me di cuenta que una de sus patas estaba deformada, un error de reproducción, y era mucho más delgada de lo que debía ser así que decidí escribir a Avatars para que me la cambiasen ( ya había tenido una experiencia anterior y me la habían cambiado sin problemas). Sin embargo, cuando me encontraba enfrente del ordenador dispuesto a escribir el correo algo se me pasó por la mente... Era otro lobo, en este caso un huargo del señor de los anillos que tenía pintado por ahí y que tenía un defecto parecido en una de las patas (en este caso un muñón). Y con todo ello pensé ¿por qué cambiar la miniatura? Si el defecto no es tan grande ¿por qué deshacerme de ella? ¿Acaso no es por ello mi miniatura única y especial? Así que desistí de escribir y de pronto, habiéndole cogido un enorme cariño a esa miniatura que no me entusiasmaba especialmente y era mas bien fea, surgió un trasfondo.

Aquel lobo no era un lobo cualquiera. Era el más débil de una camada y para más inri cojo, por lo que fue abandonado y desechado por la manada a sufrir una muerte segura. Pero esto no llego a ocurrir pues un odio y rabia primitivos germinaron en su interior y pese a sus deficiencias consiguió convertirse en un depredador solitario, enorme y terriblemente violento ávido de venganza y pleno de odio hacia todo. Con el tiempo se convirtió en una leyenda, sobre todo en montañas y riscos habitados por enanos, donde de tiempo en tiempo aparecían patrullas horriblemente descuartizadas.

El trasfondo, como se ve, no es nada excepcional, pero me hizo darme cuenta de la conjunción de los factores que hacen este hobby y que había ido abandonando con el tiempo: modelismo, pintura y narrativa o lo que es lo mismo "El Espíritu del Hobby"

Con el tiempo, y gracias a la escalada, me he dado cuenta de que en una u otra medida he perdido parte de ese Espíritu. No en vano a menudo estudio mi inventario de miniaturas en busca de una estrategia a través de la cual poder pintar más miniaturas ese mes y poder alcanzar mis objetivos cuanto antes, de tal manera que en un futuro espero no muy lejano tener mi cuenta a cero y poder empezar nuevos proyectos sin agobiarme por la cantidad de miniaturas o "Lead Mountain" que dicen los ingleses. Y aquí es donde se encuentra el problema, ya que pese a que mi objetivo es tenerlo todo pintado para poder recuperar el Espíritu me olvido de que ese mismo espíritu se puede mantener a lo largo de todo el camino.

A día de hoy, muchas de mis miniaturas son trozos de plástico o metal para pintar. Desgraciadamente para mí la mayor parte de ellas han perdido personalidad y no disfruto pintándolas tanto como debería ni les dedico el tiempo que me gustaría, aunque siempre hay casos y casos. 

Así que en cierta medida he decidido cambiar la mentalidad y aunque parezca contradictorio tratar a las miniaturas como trozos de plástico o metal, es decir, no me voy a preocupar tanto por la cantidad de miniaturas a pintar, ni por si me quedan tantos legionarios u hoplitas por pintar y por eso no compro más miniaturas, sino que me voy a preocupar más por el proyecto en sí, por los objetivos que quiero cumplir dentro de ese objetivo. Me explico con un ejemplo:

Desde hace un tiempo quiero usar los lobos de Gamezone como bestias para Arena Deathmatch, pero no me permito su compra dado que aumentarían la cola de pintura. Lo mismo sucede con un sempiterno proyecto de crear dos ejércitos de la época de Pedro I de Castilla, un ejército de enanos o elfos para KoW, una banda de humanos para escaramuzas etc... no me permito comprar más miniaturas hasta acabar las que tengo.

Pues bien, he decidido ser más flexible al respecto e intentar no obsesionarme tanto por la cantidad de miniaturas por pintar si bien manteniendo un control sobre las compras para no seguir acumulando sin sentido. Así pues en histórico me voy a marcar el objetivo de tener pintados dos ejércitos jugables a partir de los cuales ir expandiendo con el tiempo o utilizar las piezas y miniaturas sobrantes para nuevas unidades y conversiones. Aunque si es cierto que intentaré en la medida de lo posible no iniciar proyectos nuevos, como me podría haber sucedido con el Dark Imperium de 40k, ni caer en ofertones.

Espero que de esta forma esos trozos de plástico se conviertan, cuando les ponga los pinceles encima, en grandes héroes y valerosos soldados, gladiadores o aventureros, con nombres y apellidos propios y que forgen su propia leyenda a medida que cogen color. Espero de esta forma recuperar ese espíritu perdido y en la medida de lo posible llevarlo más allá, hasta la mesa de juego, y volver a disfrutarlo tanto como aquella vez que pinté mi primer orco.

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