[Hegemon] Informe

Saludos
Recientemente adquirí unos tapetes de PVC de Deep Cut Studio, de los que hablaré otro día, y qué mejor forma de estrenarlos que con una batallita, en este caso, de Hegemon y de paso probar los últimos retoques que he ido realizando al reglamento. Se trata de una batalla pequeña con unas 9 unidades por bando para probar lo básico y que en este caso, como en la mayoría, enfrenta a Roma contra Epiro. La idea principal era probar las mecánicas del juego más que la estrategia en sí y los resultados han sido en su mayoría satisfactorios. He aquí el informe:



 "Demetrio, apodado Paidóctono, sopesaba las nuevas recibidas mientras jugueteaba con el vino que contenía un ritón capriforme traido desde la Hélade. Recostado en el sillón de tijera del tablinum de la mejor casa de una ciudad menor de la Magna Grecia y arrullado por el cantar de los grillos, alegres por el calor estival, no lograba decidir su curso de acción.

Por dos veces habían sus exploradores corroborado que un pequeño contingente de Roma, comandado por C. Cn. Papilio avanzaba hacia el sur para reforzar los ejércitos que hacían la guerra a Pirro. Sus ordenes en cambio eran claras: con una pequeña guarnición de arcaicos hoplitas, tropas ligeras y una diezmada unidad de caballería debía mantener la posición y asegurar la recien reconquistada ciudad, si es que se la podía llamar así. Sin embargo, la oportunidad de mermar las fuerzas romanas y acumular gloria personal estaban ahí y presentar batalla era quizás un riesgo que valía la pena correr.

Las llamas de las pocas lámparas que alumbraban la habitación poco a poco agonizaban y se extinguían sin que ningún esclavo se hiciese cargo, Demetrio había pedido tranquilidad, y mucho después de que la última de ellas se hubiese apagado y con la luna como única iluminación decidió por fín su proceder. Al despuntar el alba marcharía contra el enemigo y lo interceptaría en las cercanías del templo a Ceres-Deméter. Su destino... Sólo los hados lo conocen..."
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Despliegue Epirota
Demetrio optó por servirse de un centro muy fuerte con dos unidades de Hoplitas y una unidad de Hoplitas con coraza, así como el propio Demetrio y la mayor parte de las tropas de proyectil (Honderos, Peltastas y Arqueros). En su flanco derecho optó por la movilidad de caballería y en el izquierdo una unidad de Milicia de Hoplitas con el apoyo de unos peltastas.

Despliegue Romano
Cayo Cneo Papilio por su parte se decantó por un centro mucho más fuerte aunque dividido en dos debido a unas ruinas (Hastati x2, Princeps x1, Triarii x1, Velites x1, Arqueros x1, Honderos x1) y un pequeño flanco formado por una unidad de Princeps y otra de Hastati.


Turno 1
En el primer turno Demetrio Paidóctono contaba con la iniciativa en la batalla y la aprovechó haciendo avanzar a las unidades de arqueros y honderos lo mínimo imprescindible para disparar contra el enemigo aunque, dada la distancia que los separaba, la precisión se vió gravemente perjudicada y los disparos acabaron perdiéndose. Mientras tanto el grueso del ejército marchó hacia el frente con la intención de ganar una posición privilegiada de cara a la batalla, sobre todo los Hippeis, quienes aprovechando la cobertura que les brindaba el bosque avanzaron raudos sobre la llanura.

Frente al ejército epirota C. Cn. Papilio siguió una estrategia similar aunque con algo más éxito en lo que a proyectiles se refiere, casuando las primeras bajas de la batalla a los arqueros epirotas. Mientras tanto, en el otro flanco la unidad de arqueros mercenarios a sueldo de roma ascendió sin demasiados problemas la abrupta falda de una colina desde la cual poder incrementar su alcance.

Turno 2
Tras observar las maniobras romanas Demetrio duda durante unos instantes su curso de actuación, instantes cruciales que benefician a Roma y la permiten adelantarse.

Aunque el intercambio de proyectiles se sucede ninguno de los dos bandos consigue hacer el menor daño.

Las tropas de Papilio se encuentran demasiado divididas entre sí, al evitar cruzar las ruinas y los campos de cultivo estas avanzan cautelosamente por el centro derecho mientras el centro izquierdo se apresura a avanzar y tomar posiciones que puedan evitar una posible sorpresa por el flanco, aunque para ello tengan que sacrificar en parte la integridad de la línea de batalla. En el flanco derecho las unidades muestran en cambio una mayor decisión y los velites avanzan sobre los campos de trigo mientras una centuria de Princeps les sigue de cerca.

Frente a ellos Demetrio sigue avanzando a sus tropas lenta pero firmemente mientras los Hippeis abandonan la seguridad de los bosques y avanzan a toda prisa.

Turno 3
Demetrio y Papilio se miden las fuerzas, dudan y calculan una y otra vez, en un tira y afloja, las consecuencias de sus actos. Ninguno de los dos parece decidirse hasta que finalmente es el bando epirota el que parece adelantarse.

En el intercambio de proyectiles son sin embargo los epirotas quienes llevan la peor parte puesto que sufren algunas bajas en todos sus cuerpos de ejército, aunque sin demasiada relevancia. Los arqueros a sueldo de roma observan a la unidad de caballería enemiga que ha aparecido tras los bosques cercanos y la hacen objetivo de sus ataques consiguiendo causar una baja antes de que la unidad se refugie en la seguridad de las faldas de la colina y abandone su visión.

El centro epirota sigue avanzando al encuentro del enemigo en una línea compacta y bien formada, mientras tanto, Papilio ordena a sus tropas que disminuyan la tensión en la línea y habiéndose percatado de la cabalgata de la caballería enemiga y tras unos breves momentos de duda ordena a su unidad de Triarii avanzar hacia el centro, decidiéndose así por un ataque frontal y agresivo con la esperanza de romper las líneas enemigas, antes de que la caballería epirota pueda envolverlos por la retaguardia.

Turno 4
Abrumado por las prisas y la necesidad Papilio se apresura a seguir su plan, si bien este le acaba costando un mayor esfuerzo, al forzar la línea de comunicaciones que termina rompiéndose en un momento decisivo. Ahora Papilio se ve obligado a comandar a todas sus unidades con los escasos recursos a su alcance mientras frente a él Demetrio parece mantener la calma.

Con el objetivo de presionar el centro, el general romano, ordena a sus velites iniciar una escaramuza contra los peltastas que les salen al paso, si bien estos últimos estan mejor preparados para el cuerpo a cuerpo Papilio confía en el valor de sus hombres que pronto demuestran ser merecedores de esta confianza al causar mayores bajas a su enemigo tras el intercambio de proyectiles y un breve combate del que salen prácticamente airosos y en buen orden. En el flanco derecho aunque se decide a hacer algo parecido las ordenes se pierden por el camino y la unidad de velites encargada de iniciar la escaramuza pierde un tiempo precioso en el que es cargada por unos hoplitas sin corazas. Pese a intentar llevar a cabo una evasión organizada el pánico acaba cundiendo entre los velites que ponen espacio de por medio aunque gracias a su acción exponen el flanco de los hoplitas a la carga de los Princeps que les seguian de cerca.

Acto seguido y tras la escaramuza Papilio ordena a la unidad de Hastati más cercana cargar contra los mismos peltastas seguro de barrerlos del campo de batalla mientras los Triarii avanzan para entorpecer la posible carga de dos falanges de hoplitas contra el flanco de los Hastati.

En el flanco derecho epirota los Hippeis comienzan a rodear la colina mientras en el centro Demetrio hace cargar a dos de sus falanges, una de ellas recubierta de brillante bronce, contra la centuria de Triarii a la par que otra de sus falanges se posiciona para proteger el flanco del combate entre los Peltastas y los Hastati.

Comienzan así los combates cuerpo a cuerpo aunque de manera muy tímida pese a tratarse del embite inicial. Puede que por el calor, puede que por el cansancio, puede que por el hastío de una guerra que parece no tener fin, las cargas de unos y otros parecen ser el intercambio de meros empujones para desesperación, sobre todo, de Papilio.

En el flanco derecho romano la carga de Princeps no sólo no consigue imponerse a una milicia de hoplitas mal entrenada y que además es embestida por el flanco sino que debido a las dificultades del terreno los Princeps quedan desordenados para beneplacito del bando epirota (los hoplitas realizaron 3 chequeos y pasaron los 3). Y para peor castigo de los dioses en el centro la situación no es mucho mejor cuando todos los golpes de los Hastati parecen rebotar en los humildes escudos de bronce de los peltastas, si bien estos últimos responden de manera muy tímida y sin fuerzas y terminan siendo desordenados.

De manera ejemplar, en cambio, se comportan los Triarii, quienes, pese a haber recibido la carga de dos de las mejores unidades epirotas, consiguen mantener una defensa heroica sin perder la formación sin hacer caso a las bajas sufridas.

Turno 5
Aprovechando la situación Demetrio sitúa a la falange de hoplitas que aun no esta trabada en combate de tal manera que pueda entorpecer en la medida de lo posible las cargas de los Princeps y Hastati que tiene delante y que inevitablemente terminan sucediendo. Además, envalentonado por la visión de los Hippeis que terminan de rodear la colina, decide lanzarse el mismo a la refriega para ejercer más presión sobre los Triarii y conseguir así romper la línea romana.

Mientras tanto, en el flanco derecho romano los vélites consiguen sobreponerse al miedo y se reagrupan. En ese mismo flanco los Princeps siguen combatiendo contra el flanco hoplita pero aun cuando queda clara su superioridad en el combate los hoplitas parecen decididos a no ceder terreno y aguantar.

En el centro el panorama es mucho más cruento. La carga conjunta de Hastati y Princeps ha diezmado peligrosamente a los hoplitas aunque para su desgracia no han conseguido ni tan siquiera desordenar a la unidad. A su lado, los Peltastas se sobreponen a sus perdidas y contra todo pronóstico hacen retroceder a sus enemigos. 

Los Triarii por su parte siguen haciendo un buen trabajo y soportando ellos solos la presión ya no solo de las dos mejores unidades del ejército epirota sino también la de Demetrio. Pese a la desigualdad numérica el combate está reñido y ninguno de los dos bandos cede un palmo de terreno aunque el desorden comienza a verse en las filas de Triarii.

Turno 6
Ante la aparición de la caballería epirota las unidades de velites, arqueros y honderos que previamente había situado Papilio para intentar frenarla abren fuego causándole daños moderados pero sin conseguir frenarla ya que esta inmediatamente inicia la carga contra los vélites que tiene delante. Es el inicio del fin del ejército romano. Impelidos por el impetu de la carga los Hippeis no sólo consiguen dar buena cuenta de los pobres vélites, ¡cuanta juventud perdida!, si no que persiguen a los que huyen y sus pasos les llevan hasta el mismisimo Cayo Cneo Papilio que ante la sorpresa es incapaz de reaccionar.

En el combate central continúa la carnicería. Los hoplitas que habían recibido una doble carga parecen bendecidos por los dioses y buscando vengar la muerte unos instantes antes de sus compañeros consiguen imponerse a sus enemigos y como un sólo hombre, escudo con escudo, la falange hace retroceder a los romanos sin sufrir bajas.

No es tan grata en cambio la situación para los peltastas quienes pese a no sufrir grandes bajas terminan perdiendo la formación. No así los Triarii que hombre tras hombre, muerte tras muerte permanecen incolumes en el mismo sitio y a punto estan de acabar con la vida de Demetrio Paidóctono.

En el combate de los campos de cultivo la situación permanece imperturbable: Los princeps siguen segando las vidas de los hoplitas que por fín comienzan a resentirse.

Turnos 7 y 8
La temida carga de caballería epirota ha terminado por sumir al ejército romano en la debacle: Ante su ímpetu arrollador Papilio inicia la fuga, aunque es capturado, y a su paso los Hippeis consiguen barrer del campo de batalla a la unidad de Hastati, muy debilitada por la impresionante labor de la falange a la que se enfrentaban y que también había hecho lo propio con los Princeps.

En el centro los Hastati hacen huir finalmente a los Peltastas para su regocijo, pero es demasiado tarde: Hasta el último de los Triarii ha sucumbido heroicamente a la muerte y las falanges epirotas maniobran para dar el golpe de gracia. 

En los campos de trigo la batalla casi ha llegado a su fin: Los hoplitas se encuentran terriblemente diezmados y no aguantarán mucho más... Pero el día esta perdido para Roma y lo que queda de su ejército inicia la huida.


Conclusiones
Por primera vez he disfrutado realmente de este reglamento ya que todo funciona más o menos como imaginaba que debía funcionar, si bien es cierto que aun se requieren algunos ajustes y tengos ciertas sospechas sobre todo en lo referente a los chequeos de formación por bajas. Me resultó muy sorprendente la mezcla de suerte y "facilidad" con la que la Milicia de Hoplitas aguantó el embite de los Princeps, si bien es cierto que en el turno de la carga debiendo realizar tres chequeos los superó los tres, el que sobreviviesen casi sin desorden hasta el final de la batalla me escama.
Algo parecido ocurrió con los peltastas en el centro o con la unidad de triarii, aunque esta última tiene más lógica ya que era posiblemente la mejor unidad de toda la batalla y con atributos de disciplina muy altos. Así que para siguientes batallas lo tendré que revisar en profundidad ya que el uso de d20 quizás suponga demasiada aleatoriedad para los chequeos.

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